Viaje a Berlin

Una de las mejores cosas de tener amigos que se van a vivir a otros países es que puedes ir a visitarlos. Esta vez he visitado a unos amigos que llevan unos meses en Berlin y aprovechando que me ahorraba el tema del alojamiento, compré los billetes con antelación y muchas ganas. Berlin es la capital de Alemania, una ciudad duramente castigada por ambas guerras mundiales y que ahora mismo disfruta de un ambiente punk-artístico muy agradable.

La casa ocupa Tacheles

Lo primero que llama la atención al llegar a Berlin es que es una ciudad sucia. No sucia porque sus habitantes sean unos guarros (no vi nada de basura por las calles) sino porque es una ciudad muy desgastada. Fabricas abandonadas (entramos a un par a hacer fotos) y edificios casi derruidos son habituales y normales y, de hecho, muy interesantes. Como estuve allí una semana pude disfrutar de sus atractivos turísticos y de su parte punk-artística en la que los grafitis, plantillas y esculturas son mucho más que lo habitual en cualquier pared.

Uno de los cientos de monumentos a los judíos de Europa asesinados.

Berlin es una ciudad hecha para el arte moderno. El arte basado en que cualquier cosa puede ser fotografiable o que cualquier muro es bueno para hacer un mural, evidentemente, los murales del muro que dividió la ciudad durante buena parte del S.XX tienen un aurea especial, pero la verdad es que no son pocos los que al girar una esquina te dejan boquiabiertos.

La Catedral de Berlin

Por otra parte al ir en verano pude disfrutar de la vida en la calle de los berlineses. Ir a cualquiera de los centenares de parques a tumbarse es una experiencia que personalmente me gustó incluso más que en Central Park de Nueva York. Aquí los parques estaban llenos de gente haciendo cosas: tocando música, pinchando con un PC y unos amplificadores, bailando el hula-hop, jugando con un frisbee, paseando al perro, haciendo una barbacoa (algo totalmente legal y que la gente hace con barbacoas portátiles en medio de grandes zonas de cesped verde)…

Torre de televisión (Fernsehturm) (construida en la parte sovietica y actualmente el cuarto edificio más alto de Europa)

De las zonas más turísticas estuvimos visitando lo que todo el mundo hace (de hecho, lo copiamos de la guía de Tours en Berlin jeje): Puerta de Brandenburgo, Reichstag, la zona donde a 15m de profundidad está el búnker en el que Hitler se suicidó (allí no hay nada, para que no se convierta en un lugar de culto), Alexanderplatz, también los Cuarteles de las SS, el Chekpoint Charlie, Luftwaffe, varios trozos del muro, el aeropuerto abandonado de Tempelhof (que pronto será el parque más grande del mundo), Potsdamer Platz, Tiergarten, el Memorial al Holocausto (o a todos los judios asesinados en Europa)… Durante un par de días nos estuvimos recorriendo la ciudad completamente.

La columna de la victoria (Siegessäule), en el centro de Tiegarten.

En cuanto a curiosidades, además de que el transporte público es una delicia (en frecuencia de paso y en cantidad de opciones con el mismo billete), me gustó que allí la mayoría de bares son bastante punks es decir, con mesas y sillas reutilizadas y cosas así, además, la comida es muy barata y con menos de 4€ puedes comer y beber hasta reventar, todo un lujo, por cierto, el Currywurst es un vicio.

El Chekpoint Charlie. Conocido como el Disneylandia de Berlin porque era un paso del muro peor lo que hay ahora ni se le parece, está pensado para turistas.

Por lo demás, la verdad es que Berlin es una ciudad que se nota que aún se está reconstruyendo. A decir verdad, hace solo 25 años que dejó de estar dividida, lo cual es muy poco tiempo como para que todo esté bien asentado, supongo que por eso es una ciudad «sucia» porque primero hay que asegurar lo básico. Y mientras aseguran eso, los artistas callejeros la han tomado, lo cual la convierte en realmente especial. Es una ciudad con mucho carácter y que verdaderamente te hace ver el disfrutar del arte urbano y de la vida de otra manera. Y además, hay miles de bosques y parques por dentro de la ciudad!

Delante del Reichstag, uno de los edificios que mil veces hemos visto en fotos de la 2ª Guerra Mundial.

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