Aunque en Islandia he flipado con todo lo relacionado a la geografía y paisaje del país, me siento en la obligación de que el primer post que haga sobre mi viaje a Islandia sea sobre lo que me ocupó un muy divertido rato durante nuestro último día que estuvimos en el país atlántico: El museo del pene de Reikiavic, o como lo llaman ellos: El museo islandés del falo.
Este museo tuvo sus minutos de fama cuando tras casi 40 años después de ser empezada la colección, en Abril del 2012 recibió su primer ejemplar humano. El caso es que lo encontré buscando cosas que ver en Islandia y automáticamente pasó a ser una de las prioritarias. El museo ha tenido varios emplazamientos aunque ahora mismo está en la capital Reikiavic, en la calle Laugavegur 116. Esta es una de las principales calles de compras y para salir de la ciudad por lo que no es complicado encontrarlo. La Faloteca Islandesa está abierta de 10 a 18 y su entrada cuesta 1000kr (unos 6€).
Allí dentro hay más de 280 penes, falos de mamíferos de todos los tipos, tamaños y colores y además parece que están encantados de recibir nuevos especímenes ya que hay penes de bichos de realmente lejos como cabras chilenas aunque por supuesto los más llamativos son los de ballena y otros ejemplares enormes. También había un pequeño espacio para las donaciones de ejemplares humanos muy curiosa. Algunos están expuestos en formol, otros disecados y también tienen su pequeño hueco para el humor con penes de duendes y trolls (en Islandia son muy populares y mucha gente cree en ellos).
El museo no es demasiado grande, la visita puede durar unos 30 minutos y está todo explicado en varios idiomas (incluido el castellano ya que su fundador Sigurdur Hjartarson era historiador y maestro de español). Allí se pueden ver expuestos los penes y un montón de arte y artilugios relacionados con los falos y, por supuesto, firmar en el libro de visitas.
Web oficial del Museo del Falo Islandés: Phallus.is
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