La empatía de hablar valenciano

Vivo y trabajo en Valencia, lo cual desde el punto de vista de alguien frustrado con la sociedad y funcionamiento de su pueblo, es toda una ventaja. Sin embargo, tiene un pequeño problema relacionado con mi idioma materno, el valenciano. Yo estoy orgulloso de ser valenciano aunque eso tenga ahora mismo unas connotaciones algo negativas, estoy orgulloso porque tenemos una cultura y una historia que me encanta y uno de los mejores exponentes de ello es nuestro idioma. El valenciano es un idioma genial. No voy a entrar en si es gemelo, hijo, padre o totalmente distinto al catalán porque en este post no quiero hablar de ello. Quiero hablar de lo bien que me siento cuando hablo valenciano.

Como cualquier que haya nacido, estudiado o vivido en la Comunidad Valenciana, soy consciente de que tengo el derecho y el deber de hablar y ser atendido en dos idiomas: valenciano y/o castellano. Yo he elegido que quiero hablar y me gustaría ser atendido en valenciano. Y eso, viviendo en Valencia capital es una decisión un tanto extraña.

Mi método es simple, ya que tengo el derecho de ser atendido en valenciano y quien me atiende tiene el deber de entenderlo, decidí que no haría el cambio de idioma por cortesía que se suele hacer cuando te responden en un idioma distinto. Porque en España somos muy así. Cuando un inglés viene de turista, nosotros hablamos su idioma, cuando nosotros vamos a Inglaterra de turistas, también cambiamos nosotros a su idioma. ¿Complejo de inferioridad? No lo sé, pero yo hablo y defiendo mi idioma cuando soy atendido en un establecimiento.

Sabiendo que en Valencia capital prácticamente todo el mundo habla castellano (ya sabéis, el valenciano es la lengua del pueblo y si vive en la capi es que eres de clase alta y pudiente) esperaba un rechazo máximo a mis contestaciones en valenciano. Porque las fuerzo. Si alguien me responde con ‘¿Que?’ o ‘¿Disculpa?’ se lo vuelvo a repetir en valenciano tantas veces como sea necesario. Sólo cambio en conversaciones extremas y fuerzo muchísimo la situación. Lo curioso del caso es que muchos ‘¿Qué?’ vienen dados porque la persona que atiende tiene el «chip de hablar en castellano» puesto y cuando se da cuenta de que le estás hablando en valenciano se adapta rápidamente y, ojo, se activa la empatía del idioma.

Si, donde yo creía que recibiría rechazo me he dado cuenta de que recibo un enorme porcentaje de empatía. Es decir, la gente habla valenciano y lo entiende, pero sin embargo atiene en castellano por defecto.

Llevo varios meses haciendo esto y a pesar de que esperaba un rechazo generalizado, me he dado cuenta de que predomina la aceptación y la empatía. Sí, hay quien te mira mal por «no cambiar a su idioma» pero he encontrado a muchos más dependientes dispuestos a tomárselo como un pequeño reto e intentar contestar en valenciano o a los que veo que se les alegra la cara al ver a alguien hablarles en valenciano. Es una sensación muy placentera similar a la que todos sentimos cuando nos vemos obligados a hablar en inglés y al terminar pensamos «joder, soy el puto amo del inglés«.

En definitiva, este es mi alegato para todos los que habláis en un idioma distinto al salir de casa y sobre todo cuando tenéis derecho a ser atendidos en ese idioma: utilizadlo. Os aseguro que yo he notado como la empatía del idioma me ha permitido acceder a algunas cosas que en castellano habrían sido mucho más complicadas y estoy seguro que en el País Vasco y Galicia se pueden dar situaciones muy similares. Yo me las he encontrado tanto al tratar en una tienda de ropa como al ser atendido por un policía.

6 comentarios en «La empatía de hablar valenciano»

  1. «Tengo el derecho de ser atendido en valenciano». Siempre he tenido la duda (porque he trabajado en Hostelería) de si yo tengo derecho en responder en castellano aunque me hablen en euskera (en mi caso).

  2. En principio los estatutos de autonomía se encargan de eso. Si tienes derecho y deber de hablar en euskera, puedes hacerlo. Ya que tu y el hostelero tenéis los mismos derechos y deberes. Al hacerlo estas forzando «su deber» con «tu derecho» aunque puede darse el caso (a mi me ha pasado) de estar uno hablando en un idioma y el otro respondiendo en otro.

    En sitios oficiales, por ejemplo, soy muchísimo mas nazi que en una tienda. Y a mi madre la he llegado a ver pedir un traductor al valenciano jejeje

  3. Me gusta lo que leo y el fondo de lo que tratas de expresar, Carballo, pero los dos gráficos que utilizas chirrían un poco y no son muy compatibles con tus palabras «no voy a entrar en si es gemelo, hijo o padre de…» Lo cierto es que la bandera/señera aragonesa (sic) con el escudo del gobierno valenciano es un WTF en toda regla, y el mapa lingüístico entra en flagrante contraposición a tus palabras anteriormente citadas.

    Por lo demás, creo que pienso como tú: hay que hablar la lengua valenciana, crea cada uno lo que crea sobre su origen. Personalmente pienso que en su origen no hay mucho misterio, es más bien en su uso político donde está la polémica y lo que nos separa: lo primero que hace este mal uso político de la lengua es evitar que la usemos por no entrar en conflicto. Una lástima.

    Yo soy de los que hablan castellano por defecto a no ser que vea que la otra persona es valencianoparlante. Muchas veces me hablan en castellano y les noto el acento valenciano… entonces me tiro a la piscina y le digo a mi interlocutor que qué hace hablándome en castellano! Pero si queremos que nos entiendan, que funcione esto tan básico e importante como es la comunicación, lo primero que hay que hacer es usar el código –la lengua– que creemos nuestros oyentes entenderán. ¡Es de cajón!

    Un abrazo, y cuando quieras entramos en polémica… ;-)

  4. Hola Victor, creo que al ver la bandera y el mapa has entrado en la discusión valenciano-catalán. No quería entrar en ella, pero lo quiero dejar claro: Para mi, son lo mismo. Son variantes del mismo idioma. Entiendo además que la bandera de la Corona de Aragón es la que representa la unión de ambos idiomas y le he puesto encima la de la Generalitat simple y llanamente porque hablo desde Valencia. Si hubiera querido expresarlo de forma diametralmente opuesta habría puesto una senyera blavera :)

    Lo de hablar «la lengua que creemos que nuestro interlocutor entenderá» es un complejo de inferioridad muy arraigado (a mi parecer) ya que yo cuando voy por Europa no me hablan en castellano nunca. Y si lo hacen es únicamente «por la gracia de hablar otro idioma».

    Desde mi punto de vista, si se tiene un deber y un derecho, se deben utilizar cuando lo creamos conveniente.

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