Leer un libro es leer un libro. Eso es innegable, por eso siempre he pensado que la industria editorial, aunque correrá la misma suerte que la musical o el cine, su agonía (antes de la reconversión) será bastante más larga. Por muy nativos digitales que nos sintamos, es cierto que la evolución del papel a lo digital no se puede aventurar como rápida y sin complicaciones. Sin embargo, ello no implica que no vaya a ocurrir.
Si bien, el libro basado en texto con miles de páginas seguirá existiendo, creo que cada vez más, los libros serán interactivos. Un libro, aunque cuente una historia deberá tener todo tipo de elementos multimedia ya que, queramos o no, los dispositivos de lectura van a tender a poder hacer mucho más simplemente plasmar texto. Hoy en día los eReaders son poco más que tinta electrónica, pero en el futuro seguro que podrán reproducir vídeo y audio con tecnologías que, a diferencia de los tablets, permitan estar leyendo (y disfrutando) durante horas. Si bien, el ejemplo que voy a poner aquí funciona con un iPad/iPhone, soy partidario de pensar que en un tiempo cualquier libro digital y cualquier gadget de lectura «estándar» incluirá cosas como las que presenta Mike Matas de Push Pop Press.
Personalmente, si ahora estamos en la generación 0.5 de la digitalización de la industria editorial, creo que el concepto presentado por Mike Matas en esa charla TED es la generación 1.0, sin embargo, la verdadera revolución, y el aprovechamiento de la tecnología por parte de la industria editorial aún está por venir.
Hace poco J.K.Rowling desveló Pottermore, lo que parece ser que será un universo online de contenidos sobre Harry Potter. Creo que en breve cualquier gran lanzamiento editorial necesitará este tipo de proyectos de la misma forma que hoy en día cualquier película con presupuesto viene acompañada de un videojuego. Un libro con un presupuesto elevado, incluirá animaciones en vez de ilustraciones, incluirá una mínima interacción con el usuario más allá de pasar página y, sobretodo, entretendrá a los usuarios en todos sus sentidos, no solo en la mente. Pensemos, simplemente, en que cada página tenga una banda sonora. ¿No sería un libro mucho más immersivo así?
Creo que los que muchos de los que viviremos este cambio lo vamos a rechazar «por defecto», pero personalmente, no creo que mis hijos, mis nietos o incluso cualquier niño que ahora tenga 2 o 3 años, no vea con buenos ojos un libro con más interacción, un libro nativo digital donde la historia escrita sea igual de importante que la inmersión conseguida mediante todos los demás elementos.
¿Que opináis vosotros sobre el futuro de los libros en la era digital?