Genial el regalito que nos encontramos hace unas semanas cuando volvíamos de una de nuestras fiestas (esta vez en The Mill con Ximo Bayo, nada menos!). Cagados de frió y bastante cansados, a lo lejos divisamos lo que ya de por sí es bastante chistoso: un coche de niños. Pero conforme vamos acercándonos, nos damos cuenta de que se podría catalogar como chiste el lugar donde su mocoso propietario lo ha abandonado:
Nos hizo bastante gracia ver a este coche de niños abandonado delante de una autoescuela :D , y claro, no pudimos evitar darnos una vuelta con él, aunque a mi me tocó empujar, por que no le quedaba batería. Recuerdo que de pequeño, cuando jugaba con mis balones y los patines, siempre que veía a un niño con un coche de estos le tenía una envidia de muerte, me parecían unos juguetes increibles!