Malditos Bastardos, Tarantino cuenta la guerra a su manera.

La semana pasada, aprovechando el día del espectador, fuimos a ver la ultima obra maestra de Quentin Tarantino, su visión de la segunda guerra mundial. Queda claro que es SU visión. Nada de chorradas para quedar bien, nada de morderse la lengua. Es Tarantino y si ya nos convenció con una peli de una hora y media donde todo gira al rededor de un maletín, otra donde un puñado de gangsters narran sus líos,  la novia vengativa y el conductor loco que tiene algo contra las mujeres, pues ahora con Malditos Bastardos, nos vuelve a convencer contándonos lo que le venga en gana, esta vez sobre la Segunda Guerra Mundial.

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Antes de entrar al cine a ver Malditos Bastardos tienes que responder una pregunta obligada: ¿Sabes quien es Quentin Tarantino? Si la respuesta es afirmativa, tira para dentro por que vas a disfrutar como un enano. Si contestas «Me suena de Kill Bill» puedes pasar según tu riesgo, pero si contestas: «No, ¿Quentin Trapamti’que?» vete a ver «American Pie 35’6: Liaco en la habitación de Stifler» que te lo pasaras mejor. Por suerte, aunque el cine estaba lleno, la gente si que sabía quien era Quentin Tarantino, algunos solo habían visto Kill Bill pero sabían que estaban en un cine, no como otras veces.

Bueno, el caso es que si sabes quien es Quentin Tarantino, sabrás que el tío ha visto mas cine que el que tu, y toda la gente que hay en el cine verá en su vida juntos. ¿Que significa eso? Que cada plano no está tomado al azar, que cada palabra se mide con pelos y señales, y que si algo te parece que no debería estar ahí, o que hubiera sido mejor de otra manera, no es que te lo parezca, es que seguramente estés equivocado. Él lo ha querido así. No ha sido un error.

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Dicho lo cual, Malditos Bastardos cuenta la historia de la segunda guerra mundial de principio a Fin. Desde que Hitler empieza a invadir Polonia y Francia, hasta que cae el Tercer Reich. La historia se divide en cinco actos, dos para cada vertiente, y un ultimo en el que todo se junta.

La primera vertiente cuenta las andanzas de Shosanna Dreyfus (Melanie Laurent) una joven judía a la que los nazis dejaron huérfana a metrallazo limpio. Durante la película se ve involucrada en una relación que no desea con Frederick Zoller (Daniel Bruhl) un joven que ha sido tomado por los nazis como héroe de la nación, cosa que no le termina de gustar. Con película sobre sus hazañas incluida. Esta relación lleva a Shosanna a reencontrarse con viejos conocidos, y a ser anfitriona del mismísimo Führer en un cine de su propiedad.

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Por otra parte, y poniendo nombre a la película, está el coro formado por los Malditos Bastardos, con Aldo Raine (Brad Pitt) haciendo de coronel sureño cazador de nazis, y entre otros Eli Roth como El Oso Judío, temido asesino de nazis por toda Alemania, o BJ Novak (genial guionista y actor que encarna a «el becario» en la serie The Office), entre otros.  Ellos son un batallón de nueve hombres encargados de sembrar el pánico entre las filas nazis. Y lo siembran a base de bien. Partiendo cráneos con bates, emboscadas, ametrallamientos sin compasión, y tan solo dejando vivos de vez en cuando a algún soldado raso para que corra la voz y aumente su leyenda, eso si, nadie queda vivo sin quedar convenientemente marcado. Para poder reconocerlo cuando la guerra termine.

Como nexo de unión de ambas vertientes de la peli, tenemos a dos personajes uno es Bridget von Hammersmark (Diane Kruger) una actriz nazi, amante del ministro de Propaganda) que en realidad es Agente Doble, y que ayuda a los Bastardos en su tarea de acabar con la guerra por la vía rapida.

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El otro nexo lo encarna Christoph Waltz, Hans Landa personaje al que personalmente incluso le daría el peso del protagonismo absoluto del Film. Encarna a un avispado nazi que durante la contienda pasa desde simple supervisor/buscador de Judíos (y con esta información podréis saber por que Shosanna Dreyfus lo conoce) y que con el avance de la historia llega a ser Supervisor de Seguridad y detective del gobierno, incluido Hitler (y con esto sabremos por que conoce también a Aldo Raine). Hans Landa es un tipo listo, tan listo que sabe perfectamente donde estar, que decir y en que idioma decirlo. Nunca se equivoca y a pesar de ser un nazi, es factible que se gane la simpatía del espectador. El actor y el guion consiguen que a Hans se le tenga tanta simpatía como animadversión.

Por lo demás, una historia que encaja muy bien, unos diálogos muy tarantinianos, en los que pedir una copa de Whisky puede necesitar de diez minutos de metraje sin mayores pretensiones que beber whisky. Algunas veces el espectador pierde un poco el control de la película, pero rápidamente Tarantino consigue que esa perdida del hilo no necesite explicación. Simplemente el guion está concebido para que las cosas que no importan, no importen. Es por eso que a pesar de que los Malditos Bastardos son nueve, nunca se sabe a ciencia cierta cuantos quedan vivos, no es necesario saberlo, en realidad. Como siempre, escenas completas podrian haberse suprimido o incluso acortado de 15 minutos a menos de dos, como la que ocurre en la taberna, pero sin embargo, al final la pelicula es muy redonda.

Los datos que el espectador necesita saber son remarcados, los planos muy conseguidos, la iluminación e imagen perfectas y la ambientación inmejorable. Si hay alguien que sabe fijarse en los detalles, ese es Quentin Tarantino. Pero recuerda ¿Sabes quien es Quentin Tarantino? Si no respondes a esa pregunta, ves a ver otra peli. En serio.

3 comentarios en «Malditos Bastardos, Tarantino cuenta la guerra a su manera.»

  1. Pingback: Bitacoras.com
  2. La acabo de ver y realmente me mantuvo al borde del asiento, literalmente. Muy Tarantino! Felicitaciones por el blog. No te animas a «diseccionar» y comentar la película en detalles? Los fans del autor te lo agradeceriamos

  3. Pues yo flipé con ella. La segunda vez que la vi, no tanto, pero la primera….me pareció sublime….La escena del interrogatorio al principio de la peli, o la taberna…joer…..Que tensión…….
    En cuanto a Hans Landa, la verdad que papel bordado….Una pasada.

    Peliculón

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