Cine: Rubber, una genialidad sin ninguna razón

Hace ya unos días que vi Rubber, una película que empieza dejando las cosas muy claras. En los cinco primeros minutos ya se deja claro al espectador que hay cosas que simplemente ocurren o son así ‘sin ninguna razón‘. ¿Porque E.T. El Extraterrestre es marrón? ¿Porque no vemos el aire a nuestro alrededor? Por ninguna razón. Son cosas que simplemente aceptamos y que ‘son así’. Lo aceptamos en el mundo real y, más si cabe, lo aceptamos en el cine sin rechistar.

Una vez se nos aclara que hay cosas que simplemente son sin ninguna razón, empieza Rubber, la primera película de Quentin Dupieux aka Mr.Oizo. Para quien no la conozca, esta película va de una rueda de coche con poderes. ¿Entendéis ahora lo de que no hay que hacer preguntas porque hay cosas que simplemente son ‘sin ninguna razón’? Este neumático no puede hablar, simplemente rueda e interactua con cualquier cosa del desierto en el que vive. Esto incluye pájaros, conejos, botellas, latas,… lo mejor es que el neumático se dedica única y exclusivamente a romperlo y matarlo todo.

En esa vida tan simple, basada en rodar y hacer explotar cosas la película dura más de una hora en la que el neumático tiene sus más y sus menos con las pocas personas que viven en el desierto en el que tiene tiempo de ver la TV o darse una ducha en un motel y diversas cosas más que simplemente son ‘sin ninguna razón’.

Lo mejor es que la película tiene mucho ritmo y en ningún momento piensas que se está volviendo un coñazo. Buena parte de este ritmo la tiene el hecho de que las fechorías del neumático son visualizadas por un grupo de personas con las que el espectador se ve claramente identificado. Es decir, dentro de la película hay espectadores viendo ‘la película’. Es un concepto extraño y en realidad son unos personajes más, pero rápidamente te das cuenta de que están puestos ahí para interactuar contigo. Piensan lo que tu, dicen lo que tu y actúan como lo harías tu (charlas contra la piratería incluidas). Además, tienen un protagonismo muy interesante dentro de la propia historia.

Por otra parte, además de tener un ritmo que nunca llega a aburrir a pesar de la enormidad del concepto de ‘sin ninguna razón’ que es la película, una de las cosas más trabajadas es la fotografía. Cada plano es perfecto en composición, en luz y en la B.S.O elegida (compuesta por el propio director, que antes que cineasta es DJ). La verdad es que una película como Rubber, sin la dirección artística que ha tenido se hubiera quedado en la mitad de interesante.

En definitiva, Rubber no es una película que va a cambiar la historia del cine. De hecho, no creo que cambie ninguna historia. Sin embargo, es entretenida y las cosas ‘sin ninguna razón’ son el verdadero protagonista del film, no un neumático de coche con poderes psicosomaticos.

2 comentarios en «Cine: Rubber, una genialidad sin ninguna razón»

  1. hola les quiero decir que a esta peli la vi como 82000000000000 veces y esta re buena la parte del triciclo yo pense que lo tennian con una tanzahh!!!!!!!!!!!!!!! yo shoy la pauu turritahh….

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