Un día en la Formula 1

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El domingo pasado estuve en la Formula 1, gracias a Amstel Sin pude ir a ver uno de esos espectáculos que están en cualquier lista de «cosas que hacer al menos una vez en la vida». La verdad es que nunca me había planteado ver una carrera de Formula 1 porque es algo que sabes a ciencia cierta que en la grada no es tan interesante como en el sofá de casa con la televisión, el aire acondicionado y la nevera a unos pocos metros. Algo así como el fútbol pero en vez de ver a 22 ricos corriendo detrás de una pelota, ves a 22 ricos corriendo uno detrás de otro. La diversión es algo muy simple.

El caso es que gracias a Amstel Sin y a Tuatu, tuve dos entradas para el Valencia Street Cirtuit, así que allá que nos fuimos mi primo y yo. Casualidades de la vida, y aunque gané a Rafa Osuna en la carrera de Karts, estábamos sentados al lado ;) La verdad, con un sol de justicia, la cerveza carísima y el ruido infernal de los bólidos esperaba haberme cansado a la cuarta vuelta, pero para mi sorpresa, ocurrió todo lo contrario.

Estuvimos viendo como Fernando Alonso hacía una muy buena salida y una mejor carrera, saliendo cuarto acabó segundo, protagonizando algunas vueltas más que interesantes. Delante de nuestra grada había una TV mediante la cual podíamos seguir la carrera (comentada por megafonia) como si estuviéramos en casa, y mientras tanto, los coches pasaban a toda velocidad por delante de nuestros morros. La verdad es que molaba ver como Vettel pasaba a toda leche, seguido de Alonso y detrás un escuadrón de gente.

Como carreras por la TV he visto más de una, y como al final lo que más se disfrutan son los detalles, me estuve fijando en como está organizado el evento. La verdad es que se nota que la seguridad es lo primero, casi en cada curva y cada pocos metros había comisarios, también grúas, en todo momento las zonas de paso eran amplias y, la verdad, se notaba un especial cuidado en la organización y el orden de las cosas. Supongo que por el precio de la entrada se pueden permitir hacer las cosas bien.

En definitiva, pasamos una mañana (ni siquiera se le puede llamar día) en la Formula 1, sin gastarnos casi dinero y viendo un espectáculo que seguramente nunca hubiera disfrutado. Sin duda valió la pena.

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